Su metodología exclusiva, “Learning with the Experts", se basa en entrevistas focalizadas con especialistas reconocidos a nivel global, quienes comparten herramientas, estrategias y experiencias reales para el desarrollo de competencias emocionales profundas (Deep Skills).
El programa sigue una estructura progresiva y coherente, abordando primero el desarrollo personal, luego la gestión del estrés, las relaciones interpersonales y, finalmente, la creatividad y motivación. Cada módulo se fundamenta en los principios de la educación emocional, favoreciendo el aprendizaje significativo mediante una combinación de teoría y práctica. Las primeras herramientas (entrevista y lectura) cubren la parte teórica de cada sesión. El Estudio de caso está pensado para que el estudiante aplique los conocimientos adquiridos, afine su criterio mediante la aplicación del pensamiento crítico y el análisis como observador externo y se introduzca también en la autorreflexión a partir del caso. El cuaderno de trabajo brinda ejercicios y actividades netamente prácticas para la autorreflexión y la aplicación de los conceptos de manera experiencial y personal con miras a la adquisición de habilidades
CONSIDERACIONES METODOLÓGICAS
1. Evidencia basada en la educación emocional:
Investigaciones en inteligencia emocional (Goleman, 1995) demuestran que desarrollar competencias emocionales, como la autoconciencia y la autorregulación, tiene un impacto significativo en el bienestar general, el éxito profesional y la calidad de las relaciones interpersonales. Este programa de certificación aborda estas áreas de manera progresiva y práctica, asegurando que los estudiantes no solo adquieran conocimientos teóricos, sino también herramientas aplicables a su vida cotidiana.
Programas de desarrollo emocional han mostrado que los estudiantes que participan en este tipo de formación experimentan mejoras en el bienestar psicológico, así como mejor rendimiento académico y mayor resiliencia frente al estrés.
2. Diseño progresivo y estructurado del programa:
El programa sigue una secuencia lógica que facilita el aprendizaje significativo. Al comenzar con el bienestar personal y la autoconciencia, los estudiantes desarrollan una base sólida sobre la cual se construyen habilidades más complejas como la resiliencia, el manejo del estrés, y finalmente, la creatividad y la motivación.
La pedagogía progresiva que utiliza este programa facilita que los estudiantes internalicen cada concepto y lo apliquen de manera integral, promoviendo cambios duraderos en su manera de interactuar consigo mismos y con su entorno.
3. Aprendizaje experiencial:
Al incluir ejercicios prácticos como el diario emocional, el mindfulness y el análisis de casos reales, el programa promueve el aprendizaje experiencial, una metodología ampliamente respaldada por la investigación en psicología educativa. Los estudiantes no solo aprenden sobre emociones, sino que experimentan y reflexionan sobre ellas, lo que profundiza la comprensión y promueve cambios significativos en sus comportamientos y actitudes.
4. Impacto documentado de habilidades blandas:
Las habilidades blandas, como la inteligencia emocional, la empatía y la comunicación efectiva, están altamente correlacionadas con el éxito personal y profesional (Robles, 2012). El programa pone un énfasis particular en estas habilidades, lo que permitirá a los estudiantes no solo alcanzar un mejor bienestar emocional, sino también destacarse en entornos laborales y sociales.
Estos cambios en las habilidades emocionales y relacionales han demostrado ser transformadores a largo plazo, pues los estudiantes que las desarrollan tienden a tener mayor satisfacción vital, mejores relaciones interpersonales y un mayor sentido de propósito.
5. Beneficios para el manejo del estrés y la resiliencia:
El enfoque en la resiliencia y el manejo del estrés es especialmente relevante para los estudiantes universitarios, quienes suelen enfrentar altos niveles de presión académica y personal. Programas que enseñan estas habilidades han demostrado reducir la ansiedad y el agotamiento en los estudiantes (Neff & Germer, 2013), lo que les permite afrontar mejor los desafíos académicos y profesionales.
6. Fomento de la motivación intrínseca y la creatividad:
La creatividad y la automotivación son componentes cruciales de este programa. Al fomentar estas habilidades en el último módulo, los estudiantes no solo estarán mejor preparados emocionalmente, sino que también serán capaces de abordar problemas de manera innovadora y mantener la motivación en proyectos a largo plazo, lo cual es un factor clave en la satisfacción personal y el éxito en la vida laboral.
Conclusión:
La combinación de un enfoque progresivo, ejercicios prácticos y la evidencia de impacto en las competencias emocionales apoya la afirmación de que este programa de certificación será profundo y transformador. No se trata solo de enseñar teoría emocional, sino de facilitar cambios duraderos en la autopercepción, las relaciones interpersonales y la capacidad de gestión emocional de los estudiantes.